En la actualidad, el precio de compra de un producto
fabricado incluye los siguientes costes:
- El diseño del producto
- Los materiales utilizados para su fabricación
- Las horas de trabajo
- El proceso de fabricación
- Almacenamiento
- Marketing y ventas
- Un porcentaje, normalmente bastante bajo, del precio de venta del producto está destinado a los proveedores de todos estos servicios.
Si las nano fábricas logran fabricar una gran variedad de
productos en el momento y el sitio exacto en el que son demandados, muchos de
los citados servicios dejarán de ser necesarios.
Este hecho nos deja con algunas incógnitas acerca de las
características (y los riesgos) de una economía post-nanotecnología. ¿Serán los
productos más baratos? ¿Desaparecerá el capitalismo? ¿Estará la mayor parte de
la población en desempleo o jubilada? Dada la flexibilidad de producción de la
fabricación de nano fábricas y las mejoras en la calidad de los productos, es
probable que muchos tipos de productos no fabricados con nanotecnología no sean
competitivos.
Si la propiedad o el control de nano fabricas resultase
exclusivos, ¿se crearía el monopolio más grande del mundo, y el riesgo de
sufrir prácticas abusivas y anti-competitivas? Pero, si no hay un control sobre
las nano fábricas, ¿la disponibilidad masiva de copias baratas haría que no se
pagase los diseñadores o empresas de marketing?
Es necesario profundizar mucho más en el estudio de este
tema, pero parece claro que uno de los riesgos de la fabricación molecular es
el posible desequilibrio de la estructura económica actual, con una posible
reducción masiva en el valor de muchos recursos materiales y humanos,
incluyendo una gran parte de nuestra infraestructura actual. Y a pesar de las
esperanzas utópicas acerca de la etapa del post-capitalismo, no sabemos si se
pudiese implementar a tiempo un sistema alternativo y funcional capaz de
prevenir las consecuencias de un masivo desplazamiento laboral.
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